viernes, 13 de septiembre de 2013

Quien lo vive es quien lo Goza


Quien lo vive es quien lo Goza

Este es el lema del carnaval de Barranquilla: “Quien lo vive es quien lo Goza!!!”, y es completamente cierto.  Hace unos 12 años ese carnaval me parecía la corronchera más grande del mundo, una pérdida de tiempo y un tumulto de gente que me desesperaba.   Sin embargo,  y por cosas de la vida tuve la oportunidad de participar en 3 carnavales de estos; en uno fui miembro de una comparsa de baile, en otro fui rey Momo en una carroza, con la reina del carnaval, jajaja.   Y en un tercer capítulo estuve en un palco con amigos y familiares viviéndolo desde otra óptica.  En total lo viví desde 3 perspectivas diferentes, y en cada una de ellas les puedo garantizar que la experiencia fue completamente distinta.

De la misma forma, también he podido vivir otras experiencias de vida, en las cuales he aprendido a lidiar situaciones difíciles desde ángulos completamente diferentes.

En alguna historia comente que yo he tenido 2 novias (con una me case y con otra estuve a una semana de casarme), y un par de buenas amigas con las que tuve una relación especial donde las quise mucho, pero que no alcanzamos a llegar a una relación formal.

La forma como viví cada una de esas relaciones me dio una perspectiva completamente diferente de las relaciones humanas, y así mismo un aprendizaje que me ha permitido crecer en los últimos años, a niveles que nunca pensé que llegaría.  Me permitieron ver mis errores, mis luchas, mis miedos, y mis famosas rayas… jajaja.

Pero más aún me dieron la oportunidad de iniciar un largo camino de transformación, de preparación para ser ese gran hombre que Dios desea que yo sea, una persona capaz de amar incondicionalmente, de perdonar, de luchar, de tener misericordia por los procesos de los demás, de morir constantemente a mi enorme orgullo; y lo más importante un hombre con FE y la humildad suficiente para vencer los obstáculos que se presentan regularmente en mi vida.

Solamente cuando has atravesado una situación específica en tu vida es cuando eventualmente puedes hablar u opinar sobre ella.  Es decir una persona que jamás ha tenido hijos no entenderá fácilmente lo que es disciplinar a un hijo, o lo que es convivir con él; y podría decir que tampoco entenderá que es un verdadero sacrificio de amor (o sea amar incondicionalmente, a pesar de… SIN RECLAMAR NADA!!!).

De la misma forma una persona que atraviesa por una enfermedad mortal es la única que sabe lo que se siente; la incertidumbre que genera, el sentimiento de frustración o tristeza por no poder visualizar un futuro, porque no sabe si al día siguiente despertara.

O cuando perdemos a un ser querido, ese sentimiento es único, y solo los que hemos atravesado eso sabemos lo que se siente.  Y aunque es poco lo que alguien que está  por fuera de la situación puede hacer, si es mucho lo que su compañía logra.

Todo esto lo pongo como contexto de esta nueva historia: “Quien lo vive es quien lo goza”, ya que constantemente estamos juzgando u opinando sobre las situaciones que viven las diferentes personas.  Sin conocer de fondo que es lo que sienten, que es lo que están viviendo en su interior,  y como esa situación de vida que están enfrentando hace corto circuito con las rayas que tienen preprogramadas en su interior… es decir, cada uno de nosotros vive su experiencia completamente diferente, de la misma forma como yo viví cada Carnaval de Barranquilla desde una óptica diferente.

No quiero decir con esto que no puedas dar un consejo a alguien que lo necesita, pero lo que no puedes hacer es juzgar sus sentimientos, reacciones, o peor aún sus propias opiniones de lo que está viviendo.

Hace poco en una conversación telefónica que tuve con mi exesposa me revelo una lucha interior que tiene desde que estábamos ennoviados, o sea desde hace 20 años, y mientras ella me contaba la situación para que yo le diera un consejo; mi mente llego a pensar:  “Que vaina que no hayas cambiado…”;  Es decir, en mi interior una voz comenzaba a juzgarla, sin tener en cuenta su proceso, sin tener en cuenta sus sentimientos y circunstancias.     

Así mismo, me ha pasado con un buen amigo a quien quiero mucho, y quien viene atravesando una problemática emocional con su corazón totalmente dividido desde hace mucho tiempo; En ocasiones quisiera pegarle una cachetada para que se despierte, reaccione y vea la situación que atraviesa desde un punto de vista objetivo sin involucrar su corazón, y así tome decisiones definitivas.  Pero debo tener en cuenta que lo que está viviendo es una experiencia única de él, y solamente él en su tiempo lo podrá resolver.   En conclusión debo tener misericordia.

Y aunque yo he vivido procesos como los de estas dos personas que menciono,  mi experiencia de vida es distinta, mis heridas son diferentes, y mis rayas por supuesto también. 

Eso quiere decir que yo vivo y manejo esas situaciones que enfrentan ellos de una forma completamente diferente.  Y de la misma forma ellos viven mis situaciones también desde una perspectiva diferente.    O sea, uno está en el palco mirando el show, la otra está en la comparsa haciendo el show, y yo posiblemente estoy montado en la carroza echando flores a todo mundo!!! Jajaja.

En la biblia Jesus dice: Mateo 7: 1- 5  No juzguéis, para que no seas juzgado. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida que medís, os serás medido.  Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no te fijas en la viga que está en tu propio ojo?  O como dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?  Hipocrita!! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Así es que en últimas lo que aprendí es que no debo juzgar. Debo aprender a tener misericordia de las personas; paciencia y respeto por sus procesos.  No importa cuánto duren en ese proceso, ella siempre será mi exesposa y la madre de mis hijos;  de la misma forma como ese amigo siempre será mi amigo.   Y aunque podría No escucharlos, tengo que entender que yo tengo algo que darles en medio de su proceso, por eso ellos confiaron en mí para contármelo.  Mi aporte debe ser incondicional, y más que opinar sobre lo que están viviendo, debo aprender a escuchar, a ser esa persona que puede acompañar a alguien que simplemente necesita desahogar su lucha interior.

Todos pasamos por esto, todos necesitamos ser escuchados y nunca juzgados.  No importa que tan equivocados estemos, no importa que cuando le contemos a otros nuestros sueños, ellos se sorprendan por lo vacío, egoístas y superficiales que estos puedan ser.  Lo que importa es el apoyo que les demos a los demás.  Que aprendamos a animar a esas personas en el cumplimiento de sus sueños y a celebrarle sus pequeñas y también sus grandes victorias.

Yo también he tenido sueños egoístas y superficiales.  Sin embargo, con el tiempo he madurado y los he dejado a un lado por otros más profundos, de impacto y que me llenan mucho más.

Es cuestión de tiempo para que todos hagamos nuestro proceso, y en medio de ese tiempo hemos sido llamados para acompañar a nuestros amigos y personas queridas dándoles más que un consejo;  un ejemplo con nuestra vida, es decir con “acciones” y No solo “palabras”.

No busques convencer a otro con palabras bonitas, convéncete primero tú y actúa consecuentemente para que otros deseen llegar a donde tú ya has llegado.  O en otras palabras enfócate en trabajar en tu viga y no en la paja de los demás.
 

Un abrazo a todos los que dejaran a un lado sus críticas para tener misericordia por los demás.

 

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