El viaje
Desde mis 13 años he tenido un constante deseo de hacer un largo
viaje, ese deseo viene y se va al parecer con ciertas circunstancias de mi
vida. En medio de ese dominante deseo por realizar dicho viaje no me había
percatado de todo lo que en realidad lo motivaba, de la intención oculta que
tenía al hacerlo. Y no era otra diferente a huir. Así es, cuando algo no va
bien en nuestras vidas lo primero que queremos hacer es salir corriendo,
abandonar todo y a todos para llegar a ese lugar lejano en el cual hay muchas
distracciones a todo aquello que en nuestro lugar actual nos atormenta.
De hecho en medio de todo he querido encontrar en ese lugar lejano
lo que no tengo en mi lugar cercano. Y he creído que allá todo va a ser
perfecto, que todo va a ser como un sueño.
Qué implicaciones han tenido esos
viajes para mí? En general me han permitido alejarme y protegerme de aquellas
personas o situaciones que me hacen daño. En esos momentos en los que enfrente
situaciones difíciles en mi vida, el único deseo de mi corazón era desaparecer
por un largo tiempo sin que nadie supiera nada de mí. La parte negativa es que también
me han alejado de mis seres queridos. En
una ocasión, por ejemplo, implicó que me alejara de mis padres y hermanos; en
otra, que me alejara de mis hijos.
Cuando tenía 13 años descubrí que tenía una media hermana. Ese día
mi vida cambio para siempre y mis sueños también…mi objetivo fue huir, debía
salir de Cartagena, la ciudad en la que crecí y debía hacerlo al costo que
fuera. Fue así como una vez terminado el colegio tome un avión y me escapé a
Bogotá a estudiar la única carrera que no había en la costa. Estaba dispuesto a
lo que fuera por no estar más en mi casa y así huir de los problemas de mis
padres. El dolor que tenía en mi corazón era incontenible, me cegó por
completo; pero me dio la fuerza suficiente para llegar a donde llegue.
Ese día cuando inicie mí viaje no tenía nada, ni dinero, ni casa y
ni siquiera tenía asegurada la entrada a la universidad. Tampoco contaba con la
aprobación de mi padre para hacerlo. Pero fui decidido y lo que era una
adversidad se convirtió en mi propulsor para cumplir todos los sueños que
alcancé.
Ese mismo dolor que me movió a huir cuando tenía 17 años, volvió a
aparecer cuando me separé a los 31 años y nuevamente comencé a gestar un nuevo
y largo viaje, lejos de todo aquello que me dolía.
"Aparentemente todo lo que tengo actualmente es menos relevante
que lo poco que No tengo". Les parece esta frase conocida?
Es decir, han pensado que a pesar de tenerlo TODO, sienten que no Tienen
NADA?!. Esa es la gran contradicción de los seres humanos, el gran vacío que
llevamos en nuestro corazón. Un vacío que destruye familias, hijos, empleados,
en fin.
Hagan de cuenta que nuestro corazón es un vaso de vidrio
transparente, al menos así es cuando nacemos. Y con el tiempo se va llenando y
vaciando. Entra el amor hacia personas y de la misma forma se desvanece. Y al
mismo tiempo que se llena y se desocupa, el vidrio transparente comienza a
opacarse, las paredes de vidrio se cubren por capas y capas de dolor, producto
de las heridas que recibimos. Producto de la falta de perdón hacia los demás y
la resistencia a aceptar la realidad. Esas capas No permiten que nuestro vaso
se llene adecuadamente, porque al mismo tiempo que el vaso se torna oscuro, las
capas ocupan una gran parte de la capacidad de amar de ese grandioso órgano
llamado “corazón”.
Les decía que en algunas ocasiones había un gran deseo en mí por
viajar lejos. Y si bien me gusta viajar, en ese viaje había una intención
oculta que era escapar literalmente de lo que me agobiaba.
La realidad es que la solución a nuestros problemas No es escapar,
la real solución es enfrentar y aceptar. Y para eso no necesitas irte lejos.
Sino por el contrario aprender a ser humilde, callar y esperar; aunque algunas
veces viajes, aun así debes aprender la lección.
Alguien me dijo una vez, haz una lista de todo aquello que deseas
en tu vida y enfócate en eso. Es decir, todo lo que hagas debe contribuir al
alcance de esos objetivos.
Ahora, no es nada malo que te detengas a pensar en este momento en
lo que deseas para tu vida y descubras que no deseas nada! Jajaja… o sea que de
pronto tus sueños no sean claros o sean aparentemente demasiado grandes para
alcanzarlos. Porque si te sientes así, es porque estás cansado (a) de
intentarlo. Y muy seguramente, quieres hacer ese gran viaje a un lugar lejano
en donde esperas que algo cambie por completo tus circunstancias de vida. Estás
pidiendo a gritos un cambio y lo quieres ya!.
Yo he viajado mucho, algunos viajes han sido largos y otros
cortos. Recuerdo uno en particular en el cual me mudé de ciudad huyendo del
dolor y frustración de mi divorcio. Ese viaje duró 3 años y medio. Y creo fue
una de las mejores épocas de mi vida. Fue como volver a nacer, como un
recomienzo en otro lugar con circunstancias totalmente diferentes y todo a mi
favor.
Sin embargo, en algún momento del éxtasis de mi viaje, me di
cuenta que me estaba olvidando de que tenía una familia. Y que No se trataba
solo de mí, sino también de ellos. Yo los abandoné por completo, fui egoísta y
bueno, un día mi exesposa a quien admiro mucho por todo lo que hizo, tomó sus
maletas y se trasladó con nuestros hijos a esa ciudad a donde estaba yo,
haciendo a un lado sus diferencias conmigo por algo mayor: "su
familia".
Entonces mi decisión egoísta de escapar fue frustrada por que
nuevamente me tuve que enfrentar a la situación de la que huí, pero ahora en
esa nueva ciudad. Y si bien, fue una gran época de la vida de todos, en donde
pudimos compartir como familia, ella y yo intentamos arreglar nuestras
diferencias pero no funcionó; entre otras cosas, porque aún allá continuábamos
escapando, en vez de confrontar lo que nos separaba.
Hoy lo que creo es que nos complicamos la vida. Muchas veces
sentimos que lo que realmente queremos está lejos y no vemos que está más cerca de
lo que hemos imaginado. Somos nosotros mismos quienes alejamos nuestros sueños.
Somos nosotros mismos quienes con ese gran dolor que cubre y llena nuestro
corazón dejamos de valorar las pequeñas bendiciones que tenemos. Y continuamos
huyendo del dolor que causa la frustración de no recibir lo que queremos.
No saben cuántas personas sanas están deseando morirse por
sentirse frustradas, vacías e incapaces de alcanzar un supuesto “sueño”. Y No
saben cuántas personas enfermas están día a día luchando por ser sanas, su
único sueño es ese; que contrariedad.
Este es un claro ejemplo de lo complejos que somos. Y de una
realidad que a todos nos cuesta entender: Dios es el único que tiene la
capacidad de llenar nuestro corazón y darle forma a los verdaderos sueños en
los que debemos enfocarnos.
Los sueños de Dios No son egoístas, eso no quiere decir que él no
ponga en tu corazón que hagas un largo viaje. Sin embargo siempre debes
examinar cuáles son tus intenciones ocultas en ese deseo, porque muy
posiblemente como me ocurrió a mí son una simple desviación al plan perfecto
que él tiene para ti.
Los sueños de Dios son aquellos en los que tú entregas de ti a los
demás y disfrutas el hacerlo. Cuando tú ves sonreír a alguien a quien bendijiste
con compañía, con palabras de amor, con perdón, con una comida, o un regalo, o
mejor aún con una oración. Ese es el verdadero amor que llena tu corazón y va
quitando una a una las capas de dolor que lo oscurecen.
Dios te dice hoy: Mateo
6:33 Buscad primero el reino de los cielos (los sueños de Dios) y
lo demás (tus sueños) vendrá por añadidura…
Esa es su promesa para tu vida, una promesa que durará para
siempre y que tiene el sello de garantía de Dios. Porque cuando él pone un
sueño en tu corazón, nada ni nadie va a impedir que se cumpla y se hará en el
momento indicado, o sea en el mejor momento de tu vida.
El reino de los cielos No es estar todo el día metido en una iglesia
rezando u orando, el reino de los cielos es cuando haces la voluntad de Dios en
tu día a día, muriendo a tu EGO y
abriendo tu corazón a amar a los demás.
Cuando alguien o algo se va de tu vida o te traicionan, debes
tomar eso como una fase momentánea, que si bien duele (algo inevitable), es
algo que debes recordar desde lo que diste y no desde lo que perdiste… tu
estuviste en la vida de esa persona, empresa, etc. para contribuir a su
crecimiento y formación y ahora que ya no está más en tu vida, vendrá una nueva
bendición mayor que la que perdiste.
Dios nunca termina en negativo, sino en positivo. Esto quiere
decir que si hoy tu vida es incompleta en algún aspecto, ten la seguridad que
aún no se ha terminado. Dios tiene algo mayor guardado y listo para desplegar.
Algo perfecto hecho a la medida para ti!.
No es necesario que inicies un largo viaje para encontrar aquello
que no logras ver en donde estas ubicado hoy. Ni tampoco es necesario que huyas
del dolor que te causa el vacío en tu corazón.
Yo más que nadie sé lo que es abrir los ojos en medio de la
oscuridad, es decir, en medio de esas circunstancias adversas. Cuando las cosas
no salen como tú lo esperas, por más que lo intentas y te esfuerzas por hacerlo
bien. Pero también sé que todo tiene un
tiempo y lo que siembras con amor llegado el momento indicado lo recogerás y
será en grande.
Lo único que debes hacer es llenar tu corazón del amor de Dios,
aquel que te permite dar sin pedir a cambio, callar cuando pasan por encima de
ti, superar diariamente las circunstancias adversas, aprender en el silencio y
despertar cada día de tu vida sintiendo que ese nuevo día es un gran regalo que
acabas de recibir, una oportunidad para comenzar de nuevo y bendecir a los que
están a tu alrededor, lo cual es el verdadero sueño que Dios desea en nuestro
corazón.
Un gran abrazo a todos aquellos que soltaran ese deseo No de
viajar sino de huir para trabajar hoy mismo y aquí donde están en sus grandes
sueños.
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