La
raya en la cabeza
Durante
el tiempo que llevo de vida he tenido 3 tipos de peinados. Es así que siendo
joven, como hasta los 17 años, me peinaba para adelante (tenía mucho pelo en la
frente, apenas 3 dedos de frente) y me hacía una especie de enroscadito en la
frente como el de Superman, juajuajua… para que las “pelaitas” (niñas
en costeño) vieran que aunque era bajo de estatura podía ser como Clark
Kent…jajajaja, no levante ni M…
Después,
llegue a Bogotá a estudiar mi carrera y allí cambie mi peinado; ahora el pelo
iba hacia atrás y usaba gomina, pues estaba expuesto a una clase superior de
mujeres que buscaban hombres más grandes. Entonces tenía que moverme al estilo
“Travolta”, juajua… además aún tenía pelo en la frente (3 dedos y medio de
frente). Con ese me fue mucho mejor...
Cuando
cumplí mis 32 años comencé a ver que ya iba por 4 dedos de frente, o sea ya el
peinado “Travolta” me dejaba mal parado y yo estaba separado, entonces tocaba un nuevo look que despertara
interés en el género opuesto. Hice un rápido “Benchmark” y fue allí donde
apareció en mi cabeza el nuevo y actual look de: “la raya en la cabeza”, es
decir una línea o separación en el lado izquierdo, que permitiera al pelo en la
parte superior caer libremente sobre mi amplia frente (ya voy en 6
dedos…jajaja) y esconder toda sospecha de mis ya avanzados 30 años…
Bueno,
y es aquí donde toma forma esta nueva historia, “La raya en la cabeza”, o sea las
diferentes rayas que todos tenemos producto de esas experiencias de vida que
nos han marcado y que condicionan la forma como nos relacionamos, de forma
adecuada o no, y que nos pueden generar miedos o dolor cuando alguien llega a
esos profundos lugares donde estas se encuentran guardadas y protegidas.
Yo he
tenido que trabajar en varias de mis rayas, primero identificándolas, luego
sensibilizándome de ellas cuando aparecían, mas tarde aceptandolas, después apagándolas y ahora
eliminándolas…
Y por
algún tiempo viví escondiéndolas, a veces avergonzado de tenerlas, porque a mi
vida llegaban personas más rayadas que una cebra a criticar las mías, o sea!!!
Si yo No puse esas rayas allí a propósito…, llegaron a mi vida porque así debía
ser, porque existe un propósito detrás de mis rayas, las necesitaba para ser
quien soy hoy, de la misma forma como esas personas necesitan las de ellas… es
parte de nuestro proceso.
Cuando estaba en los primeros semestres en la
universidad, con mi peinado “Travolta” conocí a una niña con la que salí un
periodo de tiempo. Sus padres tenían mucho dinero y la consentían como a nadie
(carro nuevo, ropa, viajes a Europa, etc…). Yo era realmente un vaciado
estudiante extranjero que me esforzaba por ser lo más detallista y respetuoso
posible, “creo que la quería…”. Así que después de salir con ella
durante 6 meses, y cuando yo estaba en medio de la quiebra y traga más
horrible jajaja, esta mujer toma la decisión de dejarme plantado un viernes en
mi casa y se va a cenar con un tipo que había conocido en el Gym. Ese día la
busque como loco y sólo apareció a las 9:00 p.m. en mi casa con rosas en su
carro… o sea!!! Yo había hablado con su mamá preguntándole donde estaba y la
señora oculto su picardía…, yo estaba algo desconcertado.
Al día siguiente la llamé y me contestó la
mamá, quien en tono bastante insultante me dice: “Mire!!! yo No soy ninguna
alcahueta (refiriéndose a que me había mentido por ocultar donde estaba su
hija), sepa usted que mi hija se merece salir con alguien que le dé lo que
usted no está en capacidad de darle…”… Plop!!! Esa fue la última vez que
hablé con ella… pero me dejó rayada la cabeza sobre el asunto y desde ese día
me obsesioné con escalar lo más alto posible en mi vida para que nadie me
volviera a humillar como lo hizo ella. Realmente, no creo que tenga que
contarles todo lo que me llevé por delante durante varios años por no haber
sanado ese estúpido e insignificante episodio… pero fue más lo que perdí que lo
que gane.
Lo más interesante de todo es que esa señora No me humillo... ella simplemente me compartio su sueño o vision para su hija, y yo me lo tome personal, es decir yo actue desde mi raya y me senti rechazado, desvalorado, humillado.
Lo más interesante de todo es que esa señora No me humillo... ella simplemente me compartio su sueño o vision para su hija, y yo me lo tome personal, es decir yo actue desde mi raya y me senti rechazado, desvalorado, humillado.
Definitivamente debemos reconocer que tenemos nuestras rayas y de esa forma aprender a manejarlas, algunas veces incluso hablarlas libremente sin avergonzarnos por ellas.
Ahora,
no digo que esta sea tu mejor carta de presentación, pero hace parte de tu
personalidad y eventualmente las personas con las que vas a compartir tú día a
día te aceptaran así.
No creo que tú vayas a decirle
a tu jefe o a tus profesores: quiero que actúes de esta forma específica…
pues no. Si no te gusta eres libre de
cambiar de trabajo o de universidad. Esa
es de las pruebas más importantes que llegamos a tener en nuestra vida, porque
en un caso como este el relacionamiento debería ser lo más objetivo posible. Toleras las rayas de tu jefe, porque las
diferencias se mantienen en el plano laboral o académico y no en el personal en
el que se involucran sentimientos.
Sin
embargo, en una relación con tú pareja y familia las cosas son más subjetivas y
como hay sentimientos involucrados esas rayas se convierten en puñales, que
llegan directo a nuestro corazón.
En
este caso y aunque también podrías despedir a tu pareja porque no aceptas sus
rayas, lo más importante es que te evalúes tú para entender porqué las rayas de
esa persona te afectan tanto. Probablemente sus rayas son exactamente las tuyas
o se complementan… eso quiere decir que lo necesitas para identificarlas y
sanarlas, por eso esa persona llego a tu vida, créelo Dios es sabio, tu No!!!
Tengo
que reconocer que la vida sin rayas no sería divertida, de alguna forma la
complementa, te impulsan a mejorar. Ahora, eso no quiere decir que no las
tengas que sanar y soltar.
Las
rayas vienen de decepciones, heridas, paradigmas o prejuicios que tenemos de
acuerdo con las experiencias que hemos vivido y eso te limita, porque esa
cicatriz no te permite ir más allá. Es
como si estuvieras en un hueco.
Todo
depende de cómo visualices esos reveses en la vida. Me gusta esta definición en Ingles: It wasn´t a SET
BACK, is just a SET UP!!! Es decir, lo que vino a destruirte y
parece ser un revés que te detiene y te frena, tú tienes el poder de
convertirlo en una preparación o afinación para recibir las grandes bendiciones
que Dios tiene listas para ti… es tu gran oportunidad!!! Así, que no dejes que esa raya se quede en tu
cabeza.
El que
se queda observando las cicatrices se convierte en víctima y las victimas
tienden a continuar siendo atropelladas…, Sin embargo tú debes ser un guerrero,
un luchador, un Gigante de Acero!!! Que le da la vuelta a las situaciones y las
pone a su favor.
Una forma de ver tus rayas es
orando en voz alta y a solas, así: “Padre Dios revélame lo que debo cambiar,
muéstrame que es lo que me afecta y porqué…, dame la madurez para aceptarlo,
fortaleza para enfrentarlo y sabiduría para cambiarlo”. Después que hagas
esto prepárate… porque vas a comenzar a experimentar una serie de situaciones
que te van a llevar a ese límite en donde claramente vas a ver qué es lo que no
funciona en ti y tendrás la oportunidad de arreglarlo.
Hoy
estoy evaluando seriamente en cambiar mi peinado de: “La raya en la cabeza”,
porque he descubierto que ya no tengo necesidad de ocultar mis 6 dedos de
frente. No es allí donde reside mi poder, es en mi corazón y en lo limpio y
transparente que lo pueda llegar a tener.
Les
mando un gran abrazo para todos aquellos que como yo han decidido cambiar su peinado
eliminando las rayas en la cabeza!!!